A nivel corporal este elemento se encuentra en forma de compuestos orgánicos, especialmente los aminoácidos metionina y cistina, así como el glutatión y la insulina. En forma inorgánica está presente como condroitín sulfato, compuesto de los cartílagos. La forma química que más se utiliza es el S elemental, en sus presentaciones el de origen volcánico y el procedente de la industria del petróleo. La calidad del S se mide en términos de la solubilidad en treta cloruro de carbono o bisulfuro de carbono, la solubilidad debe estar por encima del 95% para ser una buena fuente de S en los alimentos para animales. El S volcánico en nuestro medio es impuro por la presencia de otras sustancias, lo que limita su utilización en los alimentos.
No todas las Fuentes de S son igualmente disponibles para los rumiantes; se ha reportado que las fuentes orgánicas como la metionina y la metionina análoga son más disponibles que las inorgánicas. El S del maíz y ensilaje de maíz es de baja digestibilidad, y el S de la melaza se reporta una digestibilidad del 65-75% en vacas en lactancia. A nivel del rumen el S en forma de sulfato es la fuente principal para la síntesis de la proteína microbal y de los aminoácidos azufrados. Con una dieta alimenticias con base en forrajes y concentrados, los microorganismos del rumen pueden satisfacer metabólicamente las necesidades de S y nitrógeno utilizando relaciones de 15:1para bovinos de carne y leche y de 5:1 para corderos.
En los animales una deficiencia de S genera pérdida de apetito, baja ganancia de peso, menor producción de lana en ovejas, lagrimación, enflaquecimiento y muerte. En ganado de leche se ha encontrado reducción en el consumo voluntario, la digestibilidad y la producción de leche.
Los forrajes tropicales son bajos en S, con niveles menores al 0.1%, los cuales no llenan las necesidades de los microorganismos del rumen. Cuando se utiliza fuentes de nitrógeno no proteico como la urea se requiere el suministro de S en la dieta diaria. Experimentalmente se ha evidenciado que corderos alimentados sin adición de S genera pérdida de peso y un balance negativo de nitrógenos con respecto a corderos suplementados con S. Una dieta balanceada con adecuados aportes de nitrógeno no requiere la suplementación de S, sin embargo, cuando se utiliza altos niveles de nitrógeno no proteico se requiere de la suplementación de S.
En la alimentación animal el S se encuentra estrechamente relacionados con otros nutrientes como el nitrógeno, cobre, molibdeno y selenio; esto implica elaborar adecuadamente la dieta alimenticia, balanceada entre estos nutrientes para no causar deficiencias en algunos de ellos; por ejemplo altos niveles de molibdeno causa deficiencia de cobre, como altos niveles de S causa deficiencia de molibdeno y selenio, como es el caso de forrajes con altos niveles de molibdeno y selenio en algunas zonas ganaderas del Magdalena medio.